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martes, 26 de mayo de 2020
El modernismo en la literatura puertorriqueña: Sus máximos exponentes .
Las últimas décadas del siglo XIX fueron épocas de mucha actividad política , de espacios bien demarcados por las ideologías , al mismo tiempo surgían las grandes invenciones: el tren, el telégrafo, los inicios del teléfono, se multiplicaron las fábricas, publicaciones literarias gracias a imprentas más ágiles y accesibles. Sin duda alguna fueron tiempos alentadores para el espíritu y las ideas, en que se observaba el surgimiento económico y la expansión política. La modernidad fue uno de los eventos que marcó los ascensos e incrementos en la clase burguesa y, en definitiva, Hispanoamérica estaba desarrollándose como una entidad propia. Es decir, libre e independiente . No obstante, en Puerto Rico la situación fue diferente.
Luego de la Guerra hispano-cubana -norteamericana, Puerto Rico fue cedido a Estados Unidos como botín de Guerra, esta situación trastocó las relaciones de la isla con el resto de Hispanoamérica y España. Sin embargo, los puertorriqueños que estudiaron en Francia mostraron un marcado interés en la poética francesa y tradujeron. A su vez se influenciaron estéticamente con las tendencias artísticas de la época y lo reflejaron en su propia producción. Por lo tanto, el cambio político tan dramático no detuvo las corrientes estéticas que se iban alejando del romanticismo , naturalismo y realismo , y que se dirigían hacia las tendencias parnasianistas, simbolistas e impresionistas tan en boga para ese entonces.
No obstante, los modernistas puertorriqueños, aunque sí trabajaron el exotismo, no se alejaron mucho de la patria. Luis Llorens Torres, uno de los precursores y modernistas más reconocidos en Puerto Rico, recrea pictóricamente las Antillas , proyecta una visión panorámica de un paisaje muy pintoresco y ensalza los elementos particulares de cada país antillano con un elevado preciosismo en “Canción de las Antillas”. Este amor por las Antillas lo demuestra en la Revista de las Antillas (1913), organismo que dirigió y en el que se promulgó la estética modernista. El periódico Puerto Rico Ilustrado fue otro de los órganos del movimiento, cuyo periodo cumbre lo tuvo entre 1913 – 1918.
El modernismo fue un movimiento diferente al hispanoamericano en la isla de Puerto Rico. A pesar que Rubén Darío modelara este movimiento a través de América latina, el mismo no provocó el mismo efecto en la isla, pues la situación histórica que atravesaba Borinquén le dio el pie forzado a lo que hoy día se conoce como el criollismo, y que las características de este más tarde se infundiera por todo América.
No cabe duda que el nicaragüense Rubén Darío, fue el precursor del Modernismo en Latinoamérica. Pero a pesar de la influencia que este movimiento tuvo en sus años de duración, 1880 al 1920; la estética que tomaría en la isla de Puerto Rico no corresponde a la estética dominada en los países de habla hispana. La razón principal de esta discrepancia lo fue el drástico cambio que sufrió la isla en el 1898, cuando España pierde la soberanía de Puerto Rico y la entrega a Estados Unidos como botín de guerra. Esta situación engendró una crisis de identidad nacional y cultural en los puertorriqueños, que impulsó la escritura criollita en la isla.
Este Modernismo criollita floreció, mayormente, gracias a La Revista de las Antillas y Puerto Rico Ilustrado, espacio en el que se dan a conoce los escritos en los ambientes literarios. El modernismo en Puerto Rico tuvo su mayor apogeo entre los años 1913 hasta el 1918, y a diferencia de los países Latinoamericanos, se aleja del exotismo y la superficialidad dando énfasis, como anteriormente mencionamos, a la identidad nacional y al universalismo. Este aire de criollismo que se desarrolló en la poesía puertorriqueña obtuvo popularidad ante el ojo público de todos los niveles, al punto de ser conocido como uno de los iniciadores de la poesía impregnada con ideales independentistas en América. Quien fuera el legítimo iniciador del modernismo en la isla fue Luis Llorens Torres (1878-1944), y quien ha sido considerado como un hombre ilustre en nuestra literatura. Estudió en España y también fue el pionero de los movimientos; Pancalismo y el Panedismo. Algunos de los escritos de Llorens mencionaremos en orden cronológico: Velas épicas (1911), Canción de las Antillas (1913), Sonetos sinfónicos (1914, época en la que se caracteriza por su estética modernista), Alturas de América (1940) y Voces de la campana mayor (1964). Uno de los poemas donde podemos apreciar el criollismo lo es, Cuando salí de Collores. En este poema Llorens describe el momento que el deja su hogar en Collores para ir a la ciudad;
“Adiós, malezas y flores
de la barranca del río,
y mis noches del bohío,
y aquella apacible calma,
y los viejos de mi alma,
y los hermanitos míos.”
Recordemos que una de las cosas que el criollismo exalta es lo propio de la isla, en una búsqueda de identificar quienes eran como pueblo, qué los diferenciaba de los nuevos colonizadores (Estados Unidos). En su poema presenta el paisaje de los campos, que, aunque abrumado por la melancolía del momento sigue siendo uno ensalzado con belleza, acentuado con las costumbres de esos tiempos.
“La última vez que volvía
los ojos, vi el blanco vuelo
de aquel maternal pañuelo
empapado con el zumo
del dolor. Más allá, humo
esfumándose en el cielo.”
El poema es uno de tono nostálgico, en el cual , el narrador reflexiona sobre su hogar y su vida en la ciudad, la desilusión que la vida urbana le presentó:
“Ay, la gloria es sueño vano.
Y el placer, tan sólo viento.
Y la riqueza, tormento.”
Finaliza con el ardiente anhelo de regresar a su bohío, palabra que se usaba en la isla para referirse a una casa o chosa de campo. Una vez más podemos notar el criollismo marcado en sus escrito, al usar utilizar en su lenguaje, palabras naturales de la isla como; bohío, jaquita o jaca. Pareciera un llamado a volver , a regresar a las raíces de las cuales salimos.
Por otro lado, vemos una de las figuras más importante de la prosa modernista en Puerto Rico, Miguel Meléndez Muñoz (1884-1966). Aunque muchos lo catalogan dentro del género del realismo criollo, sus escritos se desenvuelven dentro de la forma del modernismo. Entre sus obras más reconocidas están; Retazos (1905), la famosa novela Yuyo (1913), Retablo puertorriqueño (1941) y Cuentos y estampas (1953). Otro escritor de la prosa modernista, y del cual ya hemos hablado en pasado lo fue Nemesio Canales, quien fuese compañero de abogacía de Llorens Torres. Se destaca su libro Paliques(1913), con una amplia recopilación de ensayos propios de Nemesio, donde la gran mayoría son de recio carácter crítico. Un buen ejemplo de esa crítica lo es el ensayo, Policías y macanas, que se encuentra en su libro Paliques:
“Y si esto es así, ¿no cometemos una tremenda inconsecuencia al quejarnos de uno de la policía porque machacó en San Juan la cabeza de un caballero, siendo así que hemos sido nosotros los que hemos puesto al guardia la macana en la mano, haciéndole por fuerza contraer el feo hábito de triturar cabezas?” (Paliques, pág.162)
Vemos aquí como Canales trata un tema común en Puerto Rico, del cual podemos apreciar la corriente del criollismo en la isla. Entre sus ensayos se encuentran; Nuestro machismo (del cual habla sobre la mujer , defendiéndola del maltrato del hombre y hace una defensa y denuncia sobre su posición en ese momento histórico. , y El Optimismo y el Pesimismo (1920), que comienza con una crítica a los poetas del momento con el sencillo y sustancial lenguaje que distingue sus escritos: “Una de las grandes majaderías que cometen casi siempre casi todos los poetas menores, y hasta los mayores, es la de lamentarse de que la vida no sea tan arregladita y bonita como ellos la desean.”
A pesar que Puerto Rico no se rigiera por las estéticas modernistas modeladas por Rubén Darío, los escritores criollos nunca perdieron de vista los temas universales. Nemesio también escribió una obra de teatro llamada, El héroe galopante, no obstante, el género del teatro no gozó de atención en esta época del modernismo, aunque cabe mencionar la obra teatral de Llorens Torres. Por otro lado, y aportando su grano al movimiento literario, es vital mencionar el Vanguardismo de Luis Palés Matos (1898-1959), y su poemario Tuntún de pasa y grifería. Poemario que recibió premio en el 1937 por el Instituto de Literatura Puertorriqueña. Palés Matos es ampliamente reconocido por el uso de la onomatopeya en sus escritos, acompañados por anáforas y la alteración. Este estilo llevó sus escritos a una transición de modernismo a uno de vanguardia. Su inspiración traída de la infancia en Guayama lo hace (casi) precursor de la poesía negroide. Sus poemas están impregnados con la cultura africana que se arraigó en Puerto Rico desde tiempos de la colonización española. A continuación, un exquisito y famoso, ejemplo de su talento, el poema Majestad Negra:
“Por la encendida calle antillana
va Tembandumba de la Quimbamba.
Rumba, macumba, candombe, bámbula,
entre dos filas de negras caras.”
Comenzando el poema se puede apreciar el uso de la onomatopeya al tratar de imitar el sonido del tambor, “Rumba, macumba, candombe, bámbula”, instrumento primordial de la cultura y religión africana que se desarrolló en la isla. Podemos además percibir el acostumbrado tono sensual que Palés utiliza en sus poemas;
“Culipandeando la Reina avanza,
y de su inmensa grupa resbalan
meneos cachondos que el gongo cuaja
en ríos de azúcar y de melaza.
Prieto trapiche de sensual zafra,
el caderamen, masa con masa,
exprime ritmos, suda que sangra,
y la molienda culmina en danza.”
“La Reina avanza”, habla del personaje mencionado al principio del poema, “Tembandumba”. “...inmensa grupa resbalan”, describe sus anchas caderas de la mulata caribeña que al caminar se menea y sus muslos rozan “masa con masa”. Este poema es una exaltación a la cultura antillana, su mujer y los ritos al ritmo del tambor que narran la historia dura de la raza negra con un toque de sensualidad. Otro poema popular de Palés Matos lo es la Danza Negra. Éste a llegado a ser parte de los carnavales de las costas Borinqueñas donde se desarrolló la Bomba puertorriqueña; el poema esta integrado como canción al momento de la presencia de los vejigantes huyendo de la muerte. Nuevamente y como emblema de su escritura, vemos los tambores sonar a lo que parece ser un rito religioso:
“Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú.
La Gran Cocoroca dice: to-co-tó.”
El escritor narra como una especie de encanto que describe como, “Es la danza negra de Fernando Poo”. Además hace mención de la religión africana el mariyandá, y al igual que Majestad Negra, hace mención de algunas islas Antillanas como, Haití, Martinica, Jamaica, Cuba, entre otros. No era extraño, nombrar estas islas pues la fama de Palés recorrió las Antillas y parte de América del sur como, Colombia, Panamá, Uruguay, Ecuador y Venezuela. De otra parte, Cabe hacer mención de José I. de Diego Padró (1896-1974), quien al igual que Palés, fue un poeta de vanguardia que utilizaba la onomatopeya como parte de su estilo. De estos dos poetas nace un ismo dentro de la literatura puertorriqueña conocida como Diepalismo. Utilizando el primer apellido de ambos poetas Die (de Diego) y Pal (de Palés), el Die-pal-ismo propone utilizar el onomatopeya para describir aquello que con palabras no es posible describir y que perdería encanto o sentido, si se intercambiara con descripciones. Ambos escritores publicaron en El imparcial, el poema Orquestación diepálica, dándole inicio al movimiento en el año 1921. Con el pasar del tiempo a éste movimiento se añadió Emilio R. Delgado (1904-1967).
El modernismo fue un movimiento que obtuvo una extensa cantidad de escritores, seguidores qu, tal vez no obtuvieron la fama de los antes mencionados, pero su trabajo no quedo totalmente oculto. Se debe distinguir a Jesús María Lago (1873-1927), quien fuese poeta modernista, músico y pintor. Uno de sus trabajos tardíos dentro del modernismo lo fue, Cofre de Sándalo (1922). Otro fue José de Jesús Estévez(1881-1918), con su trabajo Rosal de amor (1917); Antonio Pérez Pierret (1885-1937), el único tomo que publicó pero que fue sumamente importante en el movimiento modernista, Bronces (1914). Antonio Nicolás Blanco (1887-1945), y sus obras, El jardín de Pierrot (1914), Y muy sencillo (1919) y Alas perdidas (1928).
La lista de escritores modernistas de Puerto Rico es larga. Escritores como: Enrique Zorrilla, Gustavo Fort, Rafael Martínez Álvarez, Vicente Rodríguez Rivera, José Yumet Méndez, Manuel Osvaldo García, Rafael H. Monagas, Joaquín Monteagudo, Arturo Gómez Costa, Francisco Negroni Mattei, Evaristo Ribera Chevremont, Rafael W. Camejo, José J. Ribera Chevremont, en especial, Virgilio Dávila (1869-1943). Puerto Rico fue cuna del modernismo criollo que marcaron he hicieron parte de la cultura que hoy día estudiamos.
Finalmente cabe concluir este breve acercamiento al modernismo con lo siguiente.La mirada modernista supuso un cuestionamiento formal y una reafirmación sobre la identidad y el vernáculo que se verán engrandecidos en las vanguardias que le suceden. Ya en el modernismo se manifiesta una literatura madura que se autodefine como “puertorriqueña”, pero que al mismo tiempo se impregna de rasgos universales al integrarse en el diálogo estético con diferentes países hispanos.
Las humanidades: un método hermenéutico que trata de interpretar la manera de actuar de los hombres: Por qué se deben estudiar las humanidades en la universidad.?
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Las Humanidades: un método hermenéutico que trata de interpretar la manera de actuar de los hombres: ¿Por qué las humanidades son necesarias y se deben estudiar en la universidad?
En la sociedad del conocimiento y de información, la enseñanza de las humanidades y las letras parecen haber entrado en crisis. Aprender humanidades y aprender asignaturas de las humanidades requiere un esfuerzo de suma importancia al igual que cualquier disciplina, pero además se necesita de cierta sensibilidad porque cuando una persona se adentra en lo más profundo del ser humano, en su historia, en el saber ¿ Quién es y de dónde viene? Esto requerirá una mayor apertura. Requiere y exige rigurosidad y una extremada disciplina .
Es importante que el estudiante aprenda a pensar a discernir, a discriminar, a no confundirse, a no conformarse, para llegar a convicciones más profundas. Eso es lo que indagan las humanidades.
El método propio de las humanidades es el hermenéutico: se trata de interpretar el actuar de los hombres ,(de los otros hombres) para llegar a conocer mejor qué o quién es el hombre, cómo obra, si hay una manera de actuar mejor que otras. La interpretación necesariamente pone en juego las características personales del intérprete. Cada quien interpreta desde sus propias convicciones y conocimientos y desde su punto de vista personal, que necesariamente es único: nadie comparte con otro u otros por completo, su personal e irrepetible posición en el mundo.
Congruentemente, los nuevos conocimientos en el ámbito de las humanidades, salvo que se trate de la transmisión de nuevos datos objetivados, (como es el caso de las nuevas fuentes documentales,), se tratan de nuevas interpretaciones que pueden resultar más certeras, o no, que las anteriores. De ahí que naturalmente el cultivo de las humanidades sea polémico y que no tenga necesariamente un carácter progresivo.
De otra parte, cabe decir que la tecnología resulta cada vez más efímera. Los equipos informáticos se quedan obsoletos en muy pocos años y se tornan prácticamente inservibles para realizar tareas que sí hacen con soltura los modelos más recientes. Pero lo efímero de la tecnología, en realidad, no es una característica de la época actual siempre lo ha sido, Entendida, las Humanidades vienen a ser sinónimo de formación intelectual, lo suficientemente amplia como para mover al hombre a decidirse en las distintas circunstancias de la vida, con conocimiento de causa y con su propósito definido. Cuanto más amplio sea el conocimiento del individuo tanto más libre será para elegir. Estas, no tienen otro objetivo sino la de desarrollar las diferentes facultades del individuo, las que los elevan por encima de todos esos otros medios, que tanto nos fascinan y que en ocasiones nos convertimos sin darnos cuenta en sus esclavos.
Existen tres fundamentos que se relacionan en todos sus aspectos las humanidades y que nos ayudan a descifrar el ánimo y la crítica social en cada tiempo pasado. El estudio de estas ciencias sociales, nos permiten descubrir la mentalidad de cada época y nos dan respuestas a la pregunta sobre el ser humano y el sentido de su existencia: ¿Qué es aquello a lo que llamamos “ser humano”?
Si estudiamos la historia de la Roma Imperial nos daremos cuenta, que su historia tiene una amplia repercusión en las artes: El Coliseo romano, no es otra cosa que una expresión política y militar propia de la mentalidad humana, que a su vez, se defiende en las Metamorfosis de Ovidio, en las Catilinarias de Cicerón y que quedan reflejadas en las artes escultóricas tales, como Augusto de Prima Porta. Podríamos decir entonces, que todas estas disciplinas se relacionan entre sí en cuanto a que son propias del hombre.
Con la lectura de los clásicos de la literatura universal, así como de la poesía española, nos daremos cuenta, que muchas de las obras son de pura actualidad: La Odisea, el Retrato de Dorian Grey, El Principito, El Quijote o Cien años de Soledad, todas ellas son obras de un humanismo inabarcable. No cabe duda , que existen lecturas más sencillas. Pero todas ellas son voces del pasado que se dirigen hacia el futuro para hablarnos de la condición humana y de la necesidad que tiene el hombre de conocerse a sí mismo. Esto ya lo advertían los griegos hace veinticinco siglos. Las voces del pasado se expresan mediante las artes, la filosofía y la historia indicando que el hombre es un ser limitado, es un ser finito que busca lo infinito.
No importa si vamos al cine o al teatro. Tampoco es importante si el ser querido es malvado o si la persona amada nos rechaza más tarde. Sentimos como sentían hace más de 2.500 años y eso es formidable. Podríamos ver cualquier comedia de Aristófanes y nos daríamos cuenta, que lo que nos produce empatía no son las particularidades, sino el lenguaje universal, que es propio del hombre. Podriamos leer Antígona para comprobar cómo el personaje de Antígona se enfrenta a una gran pérdida humana, o consultar La Eneida para darnos cuenta, que el amor es universal. No obstante, Occidente está construyendo un nuevo mundo olvidando sus propias raíces, sus tradiciones, su familia.
Las ciencias están tomando relevo, aunque en el fondo y como siempre, procuran responder las mismas preguntas: ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Quiénes somos? Aunque se hace mediante nuevos instrumentos. Reconociendo la importancia de la ciencia, diría Huxley, “es hora de que las humanidades marquen el ritmo y caminemos todos juntos”.
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Entendidas, las Humanidades vienen a ser sinónimo de formación intelectual, lo suficientemente amplia para mover al hombre a decidirse en las distintas circunstancias de la vida, con conocimiento de causa y con su propósito definido. Cuanto más amplio sea el conocimiento del individuo tanto más libre será para elegir. Es ahora cuando nos debemos aferrar a la convicción de que existe una imperiosa necesidad de cultivar el espíritu, de desarrollar nuestras facultades, nobles elevadas, la inteligencia y la voluntad, dotada ésta del libre albedrío. Sobre esto versan las materias humanísticas. Estas no tienen otro objetivo, sino, la de desarrollar dichas facultades, las que nos elevan por encima de todos esos otros medios, que tanto nos fascinan y que en ocasiones nos convertimos sin darnos cuenta en esclavos.
No es que la alta tecnología sea negativa para la humanidad, nos ayuda y en gran medida nos beneficia siempre y cuando no nos esclavice. Hemos de incorporar estos medios a la formación humanística. Los intelectuales no podemos actuar de espalda a la nueva tecnología, sino que la hemos de integrar a la actividad indagadora como a la enseñanza. Ahora bien, es necesario tener claro que aunque el individuo tenga que ser un especialista en un mundo de tanta competencia, no nos priva , sino por el contrario, de la obligación de ser personas cultas en un sentido amplio y en lo fundamental. Y esto es lo que entre otras cosas proporcionan los cursos de humanidades.
Al fin y al cabo, la sociedad tendrá el tipo de universitarios que «demanda». No obstante, sucede, que no resulta tan claro qué es lo que demanda en este campo la sociedad, porque, indefectiblemente, cuando se hace esa pregunta, se la dirige siempre a quienes rigen las organizaciones económicas y empresariales que honradamente, contestan diciendo cuáles son sus necesidades, que son las que conocen bien. Quienes rigen las universidades actuales deben tener en cuenta ese valor y resistirse con ahínco a que se supriman carreras «poco competitivas», porque eso supondrá, en muy poco tiempo que, congruentemente, el número de profesores que imparten docencia en esas carreras irá disminuyendo de forma progresiva y que cada vez haya menos personas que se dediquen a cultivar los saberes humanísticos.
Marc Chagall: Un artista judío muy singular su obra refleja un sentir onírico místico: sus pinturas parecen narrar eventos e historias de su entorno
Marc Chagall, nació el 28 de marzo de 1887, fue un pintor judío, originario de Rusia destacado internacionalmente en la pintura modernista. Sin embargo, no deja de ser un artista polifacético, participante además de la ilustración de libros, la cerámica, diseño de escenarios, vitrales e incluso tapicería.
En su niñez, enfrentó mucha dificultad por su ideología religiosa, luego se muda a París en búsqueda de mejorar su carrera como artista. A través de sus pinturas podemos observar la influencia de los entornos que rodearon a Chagall, cada uno de ellos es una narrativa de la historia o lo que enfrentaba el artista en las distintas etapas de su vida. La obra de Chagall se caracteriza porque brinda una clara expresión a través del color y el sentido de la atmósfera onírica, que adquiere la misma por medio de un desarrollo del lenguaje pictórico muy propio de él.
Marc Chagall era parte de una gran familia judía jasídica, compuesta por ocho hermanos. Vivían en un pequeño pueblo en el oeste de Rusia, Vitebsk, enfrentaron el prejuicio y la privación de derechos , sufriendo discriminación por su origen judío. Su idioma natal era el yiddish, por lo que al ingresar a la escuela en Rusia tuvo que enfrentar la dificultad no solo cultural y religiosa, sino del idioma.
Es aquí, donde el pintor tuvo su primer encuentro con la educación en el arte, luego decide perseguir una carrera en la misma pintura. Con el apoyo de su familia comenzó sus estudios con Jehuda Pen, logra luego viajar a San Petersburgo a la escuela de León Bakst gracias, a una nueva ilustración judía que estaba surgiendo en la época.
Luego de tres años en San Petersburgo, Chagall consiguió ir a París patrocinado por Máxime Vinaver, ya que entendía que allí sería el lugar donde su arte realmente se nutriría de movimientos y estilos emergentes. Puesto que París era el centro del mundo artístico de la época.
En París, Chagall se instala en un edificio construido para una feria internacional de arte. El mismo se conocía como El Ruche, habitado por una comunidad bohemia y artística, ya que contaba con 140 estudios, en donde se relaciona con artistas como Blaise Cendrars, Max Jacob y Guillaume Apollinaire, quienes también hablaban ruso
La mudanza de Chagall a París simbolizó un gran cambio en su carrera artística, puesto que pudo conectarse a las vanguardias y a los distintos movimientos que estaban sucediendo en la época, no solo nutriéndose de los distintos movimientos que participaban en Francia, sino de la producción artística de los pintores que lo rodeaban.
Sin embargo, sólo tomaba los elementos que entendía le serían útiles para su propia creación, adoptando algunas características de cada tendencia artística y reinventándose con un estilo muy propio. Por tal razón, es de gran dificultad de insertar al artista como parte de un solo movimiento , ya que, a lo largo de su trayectoria artística y producción de más de mil obras, se ve la influencia de diversos estilos en el arte.
Aunque de primera instancia la obra de Chagall refleja un sentido onírico y de gran misticismo, esta va más allá de eso. El artista entendía que la pintura era símbolo de un estado del alma, que transmitía la expresión y emoción por medio del color, el cual usaba de manera muy personal y diferente a sus contemporáneos.
El pintor creó un lenguaje pictórico muy particular, en la que sus escenas pueden parecer imágenes del inconsciente o fantasiosas, pero que en realidad nos narran la historia y eventos a su alrededor, siendo esto el reflejo de las vivencias y la realidad que atravesaba Chagall. Por otro lado, el color y la forma van más allá de la representación realista en la pintura, siendo este el reflejo del componente emocional que el pintor deseaba expresar, de modo que su obra cobra un gran sentido de autenticidad.
Entre su trayectoria artística podemos ver, obras influenciadas por su periodo en París y el intercambio con los artistas parisinos, pintando escenas de las calles o paisajes de la ciudad. Chagall regresó a Rusia para la boda de su hermana, mas se tuvo que quedar mucho más tiempo debido al surgimiento de la Primera Guerra Mundial. Los judíos fueron enajenados y culpados de conspiración. Razón por la cual Chagall comenzó a trabajar temas de folklore y representativos de la cultura y sus orígenes judíos. Al igual que pintó escenas de soldados caídos, captando la realidad de ese momento. Más tarde en su vida, Chagall abrió “La escuela de arte del pueblo” en Rusia, la cual luego abandona para seguir su carrera artística en París, logrando ser uno de los pintores modernos más influyentes en la historia del arte.
Referencias :
En la búsqueda del ideal perfecto.
http://heyheyworld.com/en-la-busqueda-del-ideal-perfecto/
En la mente de Chagall
Marc Chagall , El peso de las figuras …
https://azukarillo.wordpress.com/2012/05/14/marc-chagall-el-peso-de-las-figuras/
Donald McMullen, Roy “Marc Chagall” Britannica 24 de marzo del 2020
● https://www.britannica.com/biography/Marc-Chagall
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