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miércoles, 24 de junio de 2020

Amedeo Modigliani: apuntes sobre su corta vida y su gran producción artística

 

 

            La sencillez de líneas y la pureza de los rostros ,en los retratos del pintor italiano Amedeo Modigliani aportaron a sus creaciones una inspiración  singular, que hizo de él una de las grandes personalidades de la pintura de principios del siglo XX. Modigliani nació el 12 de julio de 1884 en Livorno, Italia, en el seno de una familia judía de pequeños comerciantes. A causa de su salud precaria se vio obligado a renunciar a una educación convencional, y fue entonces cuando empezó a estudiar pintura en su ciudad natal (en la escuela de Bellas Artes, bajo la dirección de Guglielmo Micheli), y posteriormente en las escuelas de Florencia y Venecia.





            En 1906 se trasladó a París, donde frecuentó los círculos artísticos y literarios (fue amigo de Maurice Utrillo y de Pablo Picasso) . Recibió notable influencia de Henri de Toulouse-Lautrec, Picasso, Georges Braque y Paul Cézanne. Sus primeras pinturas dejan sentir la influencia de los Macchiaioli, pero posteriormente le interesó el movimiento modernista y el de la secesión, además del arte primitivo. En 1908 presentó cinco cuadros en el Salón de los Independientes, entre ellos “La judía” (colección Alexandre, París).

En 1909 conoció al escultor rumano Constantin Brancusi, cuya obra lo impresionó, y se decidió a seguir el camino de la escultura. Las fuentes en las que se inspiró, además  de Brancusi, fueron las esculturas griegas arcaicas de los kúroi (jóvenes atletas desnudos) y aquellas máscaras africanas en las que los rasgos se alargan con énfasis (en especial, sus Cariátides). En su escultura, Modiglian

i esculpía la piedra directamente en un intento de preservar en la forma la unidad plástica del bloque. En 1912 expuso un Conjunto decorativo de ocho cabezas de piedra en el Salón de Otoño.


Pronto retornó a la práctica de la pintura, pero su experiencia como escultor tendría consecuencias fundamentales en su estilo, que se plasmarían en la simplificación de la imagen y en el uso del color. Al reducir o en ocasiones eliminar el claroscuro, consiguió una solidez en la imagen plana, similar a la escultórica. Aunque fue uno de los maestros del retrato del siglo XX, Modigliani no era un retratista profesional. Tienen sus obras un aire familiar en su elegancia y alargamiento, pero al mismo tiempo reproducen la personalidad del retratado con gran agudeza. Entre sus retratos cabe mencionar los de Kisling, Paul Guillaume, Zborowsky y el de una de su amantes, Beatrice Hastings, titulado Madame Pompadour.

En 1917, minada ya su salud por el alcohol y las drogas, comenzó una serie de desnudos femeninos que se encuentran entre sus mejores obras. Ese mismo año comenzó una relación con la pintora Jeanne Hébuterne, con la que tuvo una hija. Fue también un período brillante para su pintura, que se hizo cada vez más refinada de líneas y delicada de color. Modigliani murió tuberculoso en el Hospital de la Caridad de París, el 24 de enero de 1920.

Debe matizarse que la vida disipada que se le imputa se debió más a la miseria y a la insatisfacción de su búsqueda artística que al vicio. El poeta Zborowsky decidió ser su marchante y le ayudó cuanto pudo, pero con poco éxito, porque el artista se había sumido ya en un completo abandono físico y moral. Pese a ello, los últimos cinco años de su vida fueron los más productivos.


Desde 1915 hasta 1920, año de su muerte, Modigliani realizó su obra más significativa, constituida mayormente por retratos y desnudos femeninos. Los retratos son a menudo de amigos y personajes conocidos como Max Jacob (1916) o Jacques Lipchitz y su mujer (1917), pero frecuentemente representan a personajes anónimos como La criadita (1916).

Sus múltiples desnudos femeninos, como “Desnudo rojo con los brazos abiertos” (1917, Kunsthaus, Zurich) rebosan una sensualidad lánguida y complacida; la línea que perfila los cuerpos es sutil, melodiosa y elegante; los ojos almendrados de los rostros dotan a las figuras de una mórbida melancolía que recuerda a Botticelli.

En ocasiones se le cita como un expresionista, pero es difícil dar ese calificativo a la finesse típica de Modigliani. El artista que más veneraba fue Cézanne, aunque nunca se interesó por representar la naturaleza; sólo pintó tres paisajes y no se conoce ninguna naturaleza muerta suya. La influencia de la vanguardia no sería determinante para la creación de su característico estilo.

 El canon alargado de sus figuras evidencia el gusto por el manierismo y enlaza sus personajes femeninos con las imágenes de los cuadros de Parmigianino. La estilizada geometrización de las formas denota el impacto que sobre él ejerció el descubrimiento del arte africano, que realizó gracias a su amigo Brancusi.

La influencia del arte primitivo se manifiesta especialmente en sus esculturas. Los numerosos esbozos y dibujos preparatorios de las Cariátides se concretaron en una única escultura que realizó entre 1913 y 1914 y que se conserva en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Su práctica escultórica fue determinante para la configuración de su pintura.

Modigliani entendía, que el único modo de hacer escultura era tallando directamente la piedra, y en muchas ocasiones se sintió más escultor que pintor. Las estatuas que han sobrevivido (unas veinticinco) no se ajustan a ninguna de las dos tendencias predominantes en la época (cubismo y futurismo); en ellas se encuentra un alto grado de sentido plástico, una solidez en las formas y una tendencia hacia el ritmo y la esquematización que también son características de su pintura.

Doris Melo

 

La generación del treinta: momento histórico en el cual se impulsó el nacionalismo puertorriqueño

          

            













           Se conceptualiza La Generación del treinta, como la  época en la cual se impulsó el nacionalismo en Puerto Rico. Surge así  un cuestionamiento entre los intelectuales acerca de  ¿Quiénes somos y para donde vamos? Partiendo de esta preocupación se inicia  el compromiso de artistas y escritores puertorriqueños, los cuales criticaron a través de sus obras situaciones sociales y tragedias ocurridas en la isla; Como lo fueron La masacre de Ponce, la Gran Depresión, huelgas de trabajadores, protestas que desencadenaron en grandes tragedias incluso la cárcel .

            La primera generación intelectual estuvo constituida por los escritores del 30, la primera generación  se formó en un nuevo ambiente y cultura tras los acontecimientos históricos de 1898, la llegada a la isla de los norteamericanos. Fueron  ellos, estos jóvenes intelectuales, quienes desarrollaron las letras al compas del arte de vanguardia.

La Generación del Treinta tuvo como figura máxima a Antonio S. Pedreira (1899-1939), quien se dio a la tarea de definir la personalidad colectiva de Puerto Rico, disgregada por las consecuencias de la intervención estadounidense en el País. Fue expositor de una prosa sobria y precisa, apoyada en el análisis de diversas facetas del vivir puertorriqueño. Consideró, también, aspectos de índole histórica como los expuestos en El año terrible del 87 (1937), incluido en su obra capital Insularismo (1934). Además, realizó estudios de carácter biográfico Hostos, ciudadano de América, 1932, ensayos de estudio literario La actualidad del jíbaro, (1935), y sobre periodismo El periodismo en Puerto Rico, (1941). Complemento de la obra que realizara Pedreira, lo fue el ensayismo de Tomás Blanco (1897-1975). Su Prontuario histórico de Puerto Rico (1935) constituirá, junto a Insularismo, la otra columna sobre la que se asentó el estudio de las esencias histórico-culturales puertorriqueñas. Entre todos los discípulos de Pedreira, es Enrique A. Laguerre (1906-2006) el mejor continuador de su maestro respecto a las preocupaciones y actitudes acerca del destino de la cultura puertorriqueña. En su labor de ensayista, se destaca Hojas libres.

La obra del ensayista Emilio S. Belaval (1903-1972) tomó cuerpo principal en trabajos como Los problemas de la cultura puertorriqueña (1935) y El teatro como vehículo de expresión de nuestra cultura (1940), recogidos en el libro Areito (1948). Por otro lado, la ensayista Concha Meléndez (1895-1983) se dedicó desde su primer libro — Amado Nervo (1926) — al estudio de diversos aspectos de las letras hispanoamericanas, tales como las obras de Pablo Neruda y Alfonso Reyes.

Compañera de labores docentes de Concha Meléndez lo fue Margot Arce de Vázquez (1904-1990), de estilo prosístico de gran sencillez y mesura. Aparte de su obra de crítica acerca de figuras literarias como Garcilaso de la Vega, Gabriela Mistral y José de Diego,  cabe señalar otras obras dedicadas al paisaje de su tierra y de otros horizontes, recogidos en Impresiones: notas puertorriqueñas (1950). Otro ensayista de gran importancia lo fue José A. Balseiro (1900-1991), estudioso de las letras hispánicas y autor de libros como El Vigía; ensayos de crítica literaria y musical. Además, se destacaron como ensayistas: Francisco Manrique Cabrera (1908-1978); María Teresa Babín (1910-1989); Augusto Malaret (1878-1967) y Rubén del Rosario (1907-1995). 
Poesía
 La lírica del treinta surge al calor de los fervores estéticos de los movimientos de vanguardia de la década de 1920. La poesía isleña logró una gran innovación caracterizada por la sencillez expresiva, la depuración formal y la inspiración neoromántica o de afirmación criolla. La generación española del 1927 contribuyó a enriquecer la poética moderna de esta generación. Luis Palés Matos (1898-1959) abrió la trayectoria de creación del verso negrista, por cuyo cauce transitaron otros poetas hispanoamericanos. Expone gran parte de este nuevo hacer en el libro Tuntún de pasa y grifería (1937), testimonio de sus preocupaciones ante la realidad del negro en el País y el Caribe. Posteriormente Palés se acogerá a temáticas de trascendencia cósmica en la búsqueda de respuestas a las eternas interrogantes del ser humano en composiciones como Puerta al tiempo en tres voces y El llamado.
Evaristo Ribera Chevremont (1936-1976) da a conocer su vasta obra en más de una veintena de poemarios publicados. Su poesía se inspira en temas metafísicos y elementos criollos. El autor compuso en verso tradicional y en verso libre. Creación (1951), libro antológico, reúne los mejores versos del poeta hasta el 1951, seguido por una Nueva antología (1966). Otra voz poética de primera magnitud en la poesía de los treinta fue Julia de Burgos (1914-1953). Es su lírica de expresión intimista y erótica. Asimismo, se revela como cantora de la patria, del paisaje, de la naturaleza y de su Río Grande de Loíza. Enfilará, además, su canto hacia la nueva realidad social, anunciando la poesía que se manifestará por los años sesenta. Por otro lado, Juan Antonio Corretjer (1908-1985) consagrará su lírica al culto de la patria, hundida sus raíces en todo cuanto constituye la realidad material y espiritual de Puerto Rico.

Narrativa
Esta generación muestra una intención de superación del tradicional Costumbrismo y del Realismo de estricto enfoque objetivo. A la par, brinda una interpretación más universalista de las personas y su suelo. La realidad que asoma en la narrativa es fundamentalmente agraria, y busca la justicia social, según se da en las obras de Rómulo Gallegos, Ciro Alegría, Jorge Icaza, Juan Bosch, etc. En el terreno del cuento, aparece Emilio S. Belaval (1903-1972) como renovador del género. Es autor de Los cuentos de la Universidad; Cuentos para fomentar el turismo y Cuentos de la Plaza Fuerte. De otra parte, en la cuentística de Tomás Blanco (1897-1975) el argumento pasa a un segundo plano, cediendo primacía a la acción psicológica, al delinear internamente  los personajes y a las reflexiones sobre la conducta humana, como ocurre en Cuentos sin ton ni son. En estos relatos, también se perfila con acusado relieve el escritor Antonio Oliver Frau (1902-1945) por sus Cuentos y leyendas del cafetal (1938).
Se destaca Enrique A. Laguerre, como el mejor novelista de la generación y mejor exponente de la novela puertorriqueña. Con su primer relato, La llamarada (1935) dejará la narrativa local de ser una mera proyección de la novela europea tradicional, incorporándose así a la novela hispanoamericana de temas telúricos. Su obra novelística se enfoca en los problemas de los campos y ciudades y en la historia de la sociedad moderna. A partir de Cauce sin río (1962) ofrece una visión analítica del estado material y moral del País.

A finales de los treinta, comenzó a manifestarse la dramaturgia moderna en Puerto Rico, en cuyo desarrollo influyeron el teatro estadounidense y europeo de posguerra. Dos figuras alcanzaron relieves sobresalientes: Manuel Méndez Ballester (1909-2002) y Emilio S. Belaval (1903-1972). El primero constituye el dramaturgo más destacado de su generación y autor de la obra Tiempo muerto. El segundo, Emilio S. Belaval, fue el autor de obras como La Hacienda de Los Cuatro Vientos (1959), considerada su mejor pieza dramática. Se debió a Emilio S.  Belaval su labor de implementar al Puerto Rico moderno de un teatro vinculado a la realidad cultural isleña y a las corrientes estéticas de mayor validez en el teatro universal.

Esta generación colocó muy en alto. la cultura puertorriqueña y desató una crítica y cuestionamiento ante las situaciones presentes durante la época. Decididos a reclamar lo justo, desataron huelgas, movimientos y manifestaciones. Algunas para determinar un bien y otras solo provocaron el caos, fue una generación fuerte y agresiva que dejó gran reflexión y conciencia en los intelectuales posteriores.
Doris Melo.

martes, 23 de junio de 2020

Artemisia Gentilechi: Siglo XVII







Artemisia (1997), esta película que lleva el nombre de Artemisa, relata y   trata de la vida de Artemisia Gentileschi, quien fuera una joven pintora italiana, de las más famosas de la primera mitad del siglo XVII por sus pinturas barrocas. Hija de Orazio Gentileschi, uno de los mayores exponentes del caravaggismo italiano, y de quien Artemisa  siguió los pasos, aunque encontrando  así su propio estilo.   
 Cuenta la biografía de la la mujer artista en sus años de adolescencia y el principio de sus estudios en las artes plásticas.  Es importante resaltar que la figura de la mujer en la historia del arte ha estado mayormente  asociada al concepto de musa, es decir, aquella que posaba frente al pintor, o la imagen de una mujer hermosa en la mitología como las diosas, las ninfas. Esto puede explicar que la mayoría de las obras creadas por féminas fuesen autorretratos.
            La directora francesa Agnes Merlet  quiso mostrar al mundo a través de la pantalla grande que la pintura de Artemisia se distingue por la fuerza de sus colores y por la forma en que  esta desarrolló los temas, además de haber sido la primera mujer en ingresar a la Accademia del Disegno (Academia del Dibujo) de Florencia.

            La película se centra en el interés de Artemisia por conocer y pintar la anatomía masculina, a pesar de que en esa época para una dama tan joven y soltera desear ver a un hombre desnudo era considerado un pecado. La trama se desarrolla en la relación de la pintora con su reconocido profesor Agostino Tassi, el cual fue acusado por su padre de abusar de su discípula. Sin embargo, ella cree estar enamorada y sentir lo mismo por parte de él, entonces declara ante un juez su amor desmedido hacia su maestro y trata de protegerlo a toda costa, incluso soportando torturas.

            Sin éxito alguno, Agostino fue encarcelado y torturado por varios años como castigo. Ella quedó muy dolida emocionalmente, lo cual dicen se refleja en sus obras posteriores.
            Los guionistas decidieron desenvolver la historia entre profesor y alumna de la manera antes descrita, como una aventura amorosa, pero es conocido que en la vida real, las cosas no sucedieron de esa manera. Se especula que Artemisia en su afán de poder retratar hombres, fue en busca de Agostino para poder aprender de perspectiva y además colarse en sesiones donde posaran varones. A cambio de esas lecciones, la joven fue víctima de su instructor, abusada sexualmente. Una de las grandes críticas de este film ha sido precisamente este tema, haber mostrado una historia de forma romántica cuando los hechos fueron (o eso supone la biografía de la artista) muy distintos a ese relato.
            Quizás los creadores de la película quisieron enfocar la vida de Artemisa en otros factores también relevantes en su trayectoria, lo difícil y complicado que era conseguir ser una artista reconocida siendo mujer y lo que había que pasar para llegar a ello. Más allá de la desgracia ocurrida con Agostino, quisieron resaltar que Artemisia fue una mujer que decidió ser más que un objeto doméstico, propio de su contexto histórico, y más que simplemente la propiedad de un hombre, fue una mujer con ambición en la vida. A pesar de ser seducida por un amigo de su padre y violada en su adolescencia, un suceso que sin duda marcaría su vida para siempre, no se dejó vencer y emprendió un mundo donde la mujer es capaz de ser artista y lo logró. Fue una de las pintoras más reconocidas en Nápoles, ciudad donde pasó sus últimos años de vida.
           Un elemento sorprendente, es saber cómo con el paso de sólo unos años después de su muerte, los comentarios sobre Artemisa se refieren casi exclusivamente a acontecimientos biográficos y cómo su obra cayó en el olvido. Que una artista caiga en el olvido implica no sólo su desaparición de la memoria y de la tradición y la ausencia de documentos sobre su vida, sino también la desaparición física de su producción, perdida en los depósitos de las galerías y los museos, quemada en los incendios de las iglesias, amontonada en los sótanos de los palacios. Hoy apenas se reconocen como suyas unas cincuenta pinturas, muchas de difícil acceso y otras en pobres condiciones de conservación.




La literatura pre-colonial en Puerto Rico.

 

 

 

 

 

Literatura Pre-colonial en Puerto Rico.

             Lo que conocemos hoy como historia es gracias a personas que se dedicaron a aprender el dialecto y creencias de los arahuacos para inmortalizar la memoria de esta raza en un idioma que podemos entender. Personas que se dedicaron a estudiar la flora, fauna, clima, habitantes y los eventos (aunque no admirables) que se desarrollaron en nuestra isla. A continuación veremos quienes fueron algunas de esas personas, qué hicieron y parte del resultado de sus escritos.

 

Se puede decir que la literatura puertorriqueña no comenzó por los primeros isleños, los taínos descendientes de la cultura arahuaca, sino por los colonizadores europeos quienes se tomaron la tarea de redactar los misterios del nuevo mundo. Aunque algunos estudiosos afirman la existencia de un alfabeto taíno sofisticado que abriera paso a nuevos horizontes, en cuanto a nuestra historia se trata, no obstante solo se puede discutir de lo que se nos ha dado a conocer como sociedad. En cuanto al génesis de Puerto Rico, lo sabemos por la labor de fray Ramón Pané quien, por mandato del Almirante Cristóbal Colón realizó la ardua tarea de aprender el idioma arahuaco y escribir todo cuanto creían y hacían estos indios. Sus cartas trataban una narración objetiva de los ritos y creencias de nuestros ancestros; sin embargo se puede notar ciertas frases como “creencias e idolatría de los indios” (Pané 1), que para mi son un tanto jocosas considerando el hecho de que su trabajo era de carácter oficial y no personal, acentúan su aspecto religioso y su visión hacia los isleños. Aún así los escritos de Pané no tratan con desprecio a los indios, sino como simples ignorantes de la verdad que no conocen su pasado; “Como los indios no tienen escrituras, ni letras, no pueden dar buena información de lo que saben acerca de sus antepasados, y por esto no concuerdan en lo que dicen, y menos se puede escribir ordenadamente lo que refieren.” (Pané capítulo v). Gracias a estos escritos conocemos algunas de las mitologías arahuacas, los ritos que hacían y cómo celebraban sus ceremonias. Destaca mencionar una de las ceremonias que estudiamos aun estando en escuela primaria; esto es el areyto. Trata de un evento donde la tribu se  reunía para cantar al son del mayohavau (que no es otra cosa que un tambor de madera hueca por dentro), cánticos épicos que toda la tribu conocía. Estos cánticos narraban tiempos antiguos e increíbles historias sobre caciques y héroes ancestrales que lograron grandes hazañas, sus batallas y genealogías. Estos cánticos eran acompañados de bailes al ritmo del mayohavau. Gracias a estos escritos conocemos un poco más a fondo nuestra cultura. Bien, no todos los escritos existentes sobre el nuevo mundo y sus habitantes son realistas. Las cartas de don Cristóbal Colón hacia los reyes de España relata un paisaje un tanto fantástico e irreal de las nuevas islas. En parte, no convenía a Colón desplegar la realidad de lo que había descubierto a una realeza que esperaba un paisaje mas rico (en cuanto a minerales y piedras preciosas) y sofisticado, tal vez un toque más europeo. Con el inicio de  la conquista del nuevo mundo comienza lo que hoy conocemos como los cronistas de Indias.  Estas crónicas tratan de plasmar de manera objetiva todo cuanto se pueda percibir del occidente; la vegetación, los animales, sus habitantes, etc. El resultados de estas cartas de relación son una extensa, rica y variada compilación de documentos que informan detalladamente el estado de Borinquen y sus islas vecinas. Entre estas obras se encuentra la de Gonzalo Fernández de Oviedo, quien fuese militar, botánico, escritor, etnógrafo y colonizador español. Don Fernández de Oviedo fue uno de los primeros cronistas de India, su obra de mayor resonancia, Historia general y natural de las Indias, abarca una amplia gama de la vegetación caribeña, las costumbres de sus habitantes, hasta los insectos. Pero principalmente describe el descubrimiento y el proceso de colonización de las Indias americanas.

            Parte de estos cronistas de Indias (y no menos importante) se encuentra el italiano Pedro Mártir de Anglería, quien fuese un cortesano humanista designado miembro del Real y Supremo Consejo de Indias; Fray Ramón Pané del cual hablamos anteriormente, y el famoso Bartolomé de las Casas, teólogo, fraile, filosofo y escritor. Las Casas se encargo de plasmar testimonios sobre el descubrimiento, conquista y colonización de las Indias, recolectar documentos y crear informes detallados de nuestra isla Borriqueña. A sus treinta años decide  defender a los nativos por lo cual se le conoció como el defensor de los indígena. Además de las crónicas, y como parte de los documentos más antiguos de Puerto Rico, se encuentra la poesía épica de Juan de Castellanos. En su escrito Elegías de varones ilustres de Indias, relata una detallada relación de la colonización del Caribe, las fundaciones de ciudades y descripciones de la cultura indígena. En dicho escrito, Castellano le dedica la elegía VI a Juan Ponce de León. Ya para los siglos XVI al XVIII se comienzan a consolidar los territorios caribeños en colonias  y esto provoca una producción literaria involuntaria de parte de los criollos y oficiales al servicio del rey. Documentos que buscaban narrar lo más detallado y objetivo posible los eventos que sucedían en la isla. Entre estos escritos se encuentran cartas (personales y oficiales), memorias, mapas y todo tipo de documentos de índole histórico, evitando así la fantasía y lo estético pues era de suma importancia la veracidad de lo que acontecía. Entre estos documentos se encuentra un informe titulado Relación circunstanciada del actual estado de la población, frutos y proporciones para fomento que tiene la Isla de San Juan de Puerto Rico, redactado por Alejando O’Reilly quien fue nombrado mariscal y enviado a Puerto Rico durante el segundo término del siglo XVIII. En el informe O’Reilly hace mención del actual estado de Puerto Rico; la crisis socio económica pues apenas existía el comercio entre la isla y España, la pésima condición defensiva y militar y el contrabando que era el motor de la escasa economía puertorriqueña.


            Durante esta producción literaria debemos mencionar al primer Obispo de Puerto Rico, don Bernardo de Balbuena, quien fuese gran poeta de la época. Aunque una buena parte de su producción literaria  fue escrita en la isla, no tenemos mucha información de tales escritos pues su librería, ubicada en la isla de San Juan, fue quemada en uno de los ataques holandeses en el siglo XVII. Poco después de éste evento el Obispo muere en la isla.

            Otra producción literaria de suma importancia para Puerto Rico fue, Historia geográfica, civil y natural de la Isla de San Juan Bautista de Puerto Rico, escrita por fray Íñigo Abbad y Lasierra,  siendo él el secretario y confesor del Obispo Manuel Jiménez Pérez durante su estadía en la isla la cual duró unos diez años aproximadamente. Aunque la obra fue publicada primeramente en España, se considera the first modern historical work on Puerto Rico (la primera obra histórica moderna de Puerto Rico [summary,. Library of Congress]).

            Demás esta decir que su trabajo literario en Puerto Rico es vital para nuestra literatura e historia. Como es natural, en Puerto Rico se desarrolla una tradición folklórica literaria influenciada por los criollos provenientes de diferentes nacionalidades; taína, española, africana, entre otras. Esta rica mezcla de culturas también es impactada por las circunstancias de la isla; entre ataques, pobreza, el desarrollo urbano, la escasa educación y la mezcla de idiomas; hay que añadir el choque de creencias espirituales y ritos. El resultado esta impregnado en la cultura puertorriqueña. La décimas como Canto a Puerto Rico, decimillas, aguinaldos tales como Canta gallo, Como el coquí; romances y romancillos, coplas, fiestas y muchas otras actividades. La famosa poesía negroide hace eco en la voz de Juan Boria; Majestad negra, Soy bongosero,  ¿Y tu agüela aonde ejtá? son solo alguna de ellas.

            Las adivinanzas, cuentos y refranes que aun en nuestros días resuenan en la boca de nuestra gente. Los cantos infantiles tales como; Arroz con leche, Brinca la tablita, La linda manita, Mi escuelita, Naranja dulce y Palomita blanca son unos pocos de las cantos que han llegado a nuestros días. Otros cantos infantiles son parte de juegos en el patio de las escuelas elementales; Chequi Morena, Tun-tun, 1 2 3 pescao’ y La tierra de Puerto Rico.

 
Ha sido una larga travesía la que ha formado nuestra sociedad borriqueña. Gracias a todas aquellas personas que se dedicaron a la ardua y extensa tarea de plasmar en papel todo cuanto vieron y aprendieron, podemos ver que el puertorriqueño ha sido formado por el fuego y ha resultado en ser de gran valor. Aun nos falta refinarnos en algunas áreas y entiendo que parte de ese crecimiento va de la mano con nuestra literatura porque, ¿qué pueblo ha de echar para delante si no conoce de dónde vino o cómo llegó aquí? Nuestra historia está ampliamente escrita, solo falta estudiarla. La literatura ha sido uno de nuestros fundamentos como pueblo, aun antes de llamarse Puerto Rico

Gustav Klimt un pintor adelantado para su época: La evolución y manifestación del erotismo en sus pinturas.

 

 
 


El psicoanálisis nació en Viena. Era la época del entonces afamado Freud, en la que se respiraba una atmosfera cultural, se sentía una fascinación por la enfermedad mental y los problemas sexuales, nunca antes visto en el mundo occidental. Esta atracción, deslumbramiento se extendía a toda la sociedad incluso en la Corte que dominaba la vida social en Viena.

Richard Von Kraff –Ebing, profesor de psiquiatría fue quien por primera vez dio el nombre de paranoia a sus informes cíclicos sobre la patología sexual. Mostrando de un modo gráfico, las diferentes formas en las que podía manifestarse la pulsión sexual. Todo esto sucedió unos años antes que Freud emprendiera sus estudios sobre el sexo. Su obra más importante, Psicopatía sexual (1886), con la que revolucionó las ideas sobre las perversiones sexuales, tema ignorado por los científicos en ese momento. Con ello Freud despenalizaría las perversiones.


Nos hemos aproximado a todo lo antes mencionado, puesto que es parte del contexto histórico en cuanto a lo que sucede en el ambiente de la ciudad de Viena, espacio y tiempo en que se inserta Gustav Klimt y su pintura, obstinada en los temas relacionados con el erotismo.


Gustav Klimt (1862-1918) afiliado al simbolismo austriaco, fue uno de los más conspicuos representantes del movimiento modernista de la Secesión vienesa. Pintó lienzos y murales con un estilo muy personal y ornamentado. Estilo que manifestó también a través de objetos de artesanía, como los que se encuentran reunidos en la galería de la Secesión vienesa. Intelectualmente manifestó su interés a cierto ideario romántico. Encontró en el desnudo femenino una de sus más recurrentes fuentes de inspiración.


En sus dibujos existe el predominio de la inocencia, el erotismo, la seducción y hasta la fragilidad. Klimt fue capaz, de expresar en la sencillez de sus dibujos y bocetos, una face de su obra que para muchos resultaba hasta hace poco desconocida.


Este artista, fue en su tiempo, lo que hoy llamaríamos un verdadero transgresor  y su importancia en el arte sienta precedentes, el haber logrado en sociedades como Francia, Inglaterra, Alemania y Rusia, que su arte fuera reconocido como Art Nouveau , el mismo revolucionó todos los conceptos que sobre el arte se tenían.

En la Viena de Francisco José Y Sissí, la pintura de Klimt no podía triunfar, puesto que él era el pintor del escándalo. Así lo miraba la sociedad clasista de esta época. A la cual él se resistía como veremos más adelante .

Las tres grandes pinturas que le encomendaron en ese entonces a Klimt para la fiestas, serían, las que provocarían más tarde el escándalo y un gran alboroto. Situación que obligó a Klimt a crear un movimiento en el cual se unieron otros pintores, que como él buscaban la libertad en sus creaciones. Es la palabra secesión la que da nombre al movimiento que el artista encabeza a partir del 1897.



No obstante el escándalo y el rechazo provocado por las tres grandes pinturas, Klimt reusará adecuarse a las convenciones académicas, y se apartará paulatinamente del gusto del público y de aquello que le habría reportado fama y dinero.


De manera que la Viena cosmopolita, es a su vez la que atrae a una docena de nacionalidades integradas de su imperio y que tiene en Klimt, a su máximo retratista femenino. Entre ellas: Adele Balnch, Bauer, Emilie Floge, Margaret Stonborough, Witgenstein, entre otras. Es la misma en que se editan las revistas Ver Sacrum, que Klimt ilustra y Die Fackel ( La antorcha), que dirige y redacta el polemista Karl kraus.



Gustav Klimt, no tuvo predecesores y tampoco tendría sucesores. Su estilo resultaba difícil de describir; acuoso como el de Toulouse- Lautrec, con el atractivo del de Gustave Moreau y el hieratismo glacial de los mosaicos bizantinos.


Sus obras están dotadas de una intensa energía sensual, reflejada con especial claridad en sus numerosos apuntes y esbozos a lápiz. En cierto modo herederos de la tradición de dibujos eróticos de Rodin e Ingres. Todo esto, a pesar de ser rechazado de parte de los academistas en la alta sociedad vienesa. No obstante todos los escándalos relacionados con sus desnudos , Klimt se convirtió en un personaje muy importante en la alta sociedad vienesa, y estuvo relacionado con los más notables intelectuales del momento, en una época en la que Viena estaba dejando de ser la capital mundial del arte.


Los años de formación de Klimt coinciden con los grandes proyectos constructivos, privados y públicos, y sirven de modelo para toda una generación de artistas plásticos que plasmaron sus ideales del historicismo ecléctico dominante en la Viena de los años setenta y ochenta del siglo XIX.


Para esa época Klimt colaboraba en las pinturas del techo de las escaleras de Burghteater en la decoración del majestuoso Kunthirstoriches Museum. Sin embargo, en los frescos del Aula Magna de la universidad fueron criticados y serían luego juzgados escandalosos por su erotismo.




En esa fecha un grupo de 40 artistas plásticos (arquitectos, pintores, grabadores, ilustradores diseñadores y escultores, presididos por Gustav Klimt se reunieron finalmente para formar “la Secesión”, un movimiento que irrumpiría contra la conservadora Academia Imperial de las Artes Plásticas.


Cofundador de la “Sezession”, Klimt “declaraba la guerra a la rutina estéril” con renovadas concepciones artísticas que acercaban a la naturaleza, fundiendo el acero industrial como reacción sensible.

Según la crítica, Gustav Klimt, fue entre otras cosas, el orfebre abstracto, naturalista, ornamental, caligráfico, ondulante, bíblico, mitológico, asimétrico, frontal, anguloso, serpenteante, simbolista y voluptuoso; que llegó a cultivar provocadoras alegorías sobre fondos de cortinas.

Por otro lado, gran parte de la crítica, coincide  en cuanto a la forma y estructura de la obra de Klimt ,señalando, que su obra demarca las perspectivas frontales, supera el hieratismo con el color de la piel, ovillando cuerpos que se enroscan en masas de la existencia humana. Además refieren que, Gustav Klimt es el imán que representa, la belleza, el hedonismo, la amalgamada elegancia austriaca y la sensualidad orientalista.


En 1897 irrumpe en la vida de Klimt otra de las protagonistas innegables de aquellos años, considerada la mujer más hermosa de Viena, la ambiciosa y altiva Alma Schindler. Sin embargo esta relación duraría poco debido a que la escandalosa vida del artista arruinó la relación y  Alma, hija e hijastra de eminentes pintores, conoce a Gustav Mahler, una de las más envidiadas luminarias musicales de la época, con quien contrajo matrimonio cuatro meses más tarde.


De otra parte, “Judith”, una mujer que emerge como una maliciosa premonición del oro tapizado. Las veladuras y transparencias se abren a la erótica piel, evocadora y delirante, perfilando así, su nacarado contraste en el fulgente fondo plano de escamadas floras micénicas. Poderosa y altiva, la heroína se impone. Su cuello elegante con el brillo de su gargantilla, nos seduce con su explicita mirada inquisitoria.




La misma Viena que fue testigo artístico y social de Klimt, es igualmente la ciudad del exacerbado antisemitismo ,que asiste a la ascensión y caída de Mahler en 1907 y que futiga sin piedad la mayor parte de sus composiciones, así como las de sus protegidos.


Alrededor del 1900, Klimt visualiza el advenimiento de una nueva estética, y promueve una pintura radical que reniega del academicismo naturalista y se burla de las convicciones de la representación tradicional.


En 1908 Klimt pintó una combinación de óleo en otro magistral retrato de Adele Blach Bauer, la esposa de un acaudalado empresario judío. La obra fue secuestrada por los nazis y recuperada al finalizar la segunda guerra mundial pasó a ser patrimonio del Estado de Austria por legado de la propia Adele Blach Bauer y exhibido por décadas como icono del Museo de Viena.


El simbolismo imaginativo del Klimt se desarrolla dentro de los márgenes de la tradición, pero las imágenes escapan de las profundidades de la forma, para dibujar extraordinarias visiones figurativas.


Esperanza y Esperanza II recuperan la atrevida morbidez y sexualidad de la maternidad. Tal vez, en la irrefrenable libertad gráfica de Klimt se encuentren profundamente sus raíces las elementales figuraciones de otro pintor de su época Egon Schiele.


La impúdica efectividad de sus dibujos lineales y la variedad de matices tonales llaman la atención y distinguen el erotismo moderno, de Toulouse – Lautrec a Picasso. 
Klimt además fue retratista y paisajista, el cual integra a sus composiciones eróticas.

Los retratos de Fritza Riedler o Adele Bloch son pretextos para la fantasía sensible de Klimt, en las que elaboradas pirámides. Donde se funden el color y la estructura compositiva, con el rostro apenas esbozado de la modelo que pierde cualquier identidad psicológica.  
De igual manera ya hemos comentado que Klimt fue un paisajista perspicaz de naturalezas intemporales, que asalta con su mirada propia un género definido por la tradición pictórica. En uno de los pocos textos autográficos que se conserva, Klimt escribió:
“Estoy convencido de que no soy una persona especialmente interesante. No hay nada especial en mí. Soy pintor, alguien que pinta todos los días de la mañana a la noche. Figuras, paisajes; de vez en cuando, retratos. Las palabras, habladas o escritas, no me salen con facilidad, especialmente cuando tengo que decir algo sobre mí mismo o sobre mi trabajo. Si alguien quiere descubrir algo en mí puede contemplar atentamente mis pinturas y tratar de descubrir a través de ellas lo que soy y lo que quiero”.
Ya para el 1913, Klimt experimentaría un profundo cambio; los fondos dorados y los motivos geométricos dieron paso a las curvas, los arabescos y a las construcciones un tanto nubosas que se asemejan a las de Matisse. Sin embargo, el hombre poco interesante será uno de los creadores más originales de las primeras décadas del siglo XX, como demuestra su biografía.
El 11 de enero de 1918 Gustav Klimt sufrió un ataque de apoplejía que le dejó medio paralizado; fue trasladado a un sanatorio y el 3 de febrero se le llevó al Hospital General de Viena, donde falleció a las seis de la mañana de l 6 de febrero. A consecuencia de una neumonía.
En sus dibujos, el erotismo ha quedado plasmado de forma evidente en ese conjunto de mujeres eróticas sensuales,  deshinibidas misteriosas ancianas, embarazadas, distantes y cautivadoras mujeres de Gustav Klimt. La mayor parte de los dibujos son desnudos con un carácter fuertemente eróticos en los que el artista muestra el proceso de creación de sus obras más importantes con sus anhelos, rectificaciones y hallazgos. Cerca a estos, se encuentran retratos de mujeres ancianas y

embarazadas, estudios preparatorios para sus grandes lienzos y un conjunto de retratos femeninos, Más de mil dibujos que realizó a lo largo de su trayectoria artística llaman la atención por su inmediatez y espontaneidad, resultando todos ellos , la expresión más sincera del temperamento apasionado del artista. Estos dibujos le valieron en algún momento el apelativo del artista obsceno.  No obstante, los dibujos de Klimt son mucho más que una simple representación del profundo erotismo que se respiraba en los ambientes artísticos de Viena, debido ello, a que suponen una parte esencial de su producción.


Klimt, puso su atención también en las mujeres ancianas de cuerpos ajados, y en serie de dibujos hechos con extrema delicadeza, a mujeres embarazadas, algunas de las cuales remiten a su famoso lienzo Esperanza.


En otro de los apartados, las protagonistas, son mujeres sentadas con poses que denotan una fuerte libertad o libertinaje, prostitutas las cuales tomaba como modelos.
La mayor parte de la obra sobre papel está protagonizada por mujeres desnudas de pie o tumbadas, distantes y ensimismadas. Estas mujeres tratadas con finura, elegancia y buen gusto parecen sorprendida en su desnudez por el artista.


Klimt Viena, mujer y erotismo son elementos importantes en la Europa de finales del siglo XIX, en la que se producen unos cambios que se traducen en la eclosión o nacimiento del erotismo en toda la sociedad reflejado en el Art Nouveau. Ese erotismo marca el impulso de un mundo que está a punto de terminar. Un mundo artificioso y exquisito que tiene su ejemplo notable en el auge que experimentaría el mundo lésbico y homosexual.


Klimt fue el pintor de grandes temas; como la muerte, la vida, la mujer o el paso del tiempo. El artista vienés creador de un personajes femenino misterioso y distante, será el mismo que marcará los principios del siglo XX. Es conocido su interés por la iconografía femenina, y en particular su gusto por el erotismo.


Según algunos críticos, estos dibujos son consecuencia quizás del miedo a la castración del artista. Se trata, de un pintor que dedicó lo mejor de su arte a la mujer, que la pintó de múltiples formas, como mujer agresiva, como mujer fatal, como objeto del deseo, o en retratos privados de cuerpo e inteligencia. El estímulo ante la presencia femenina se confunde con el temor, aunque ello no significa que se descarten los intentos más o menos exitosos mas o menos fallidos , de poseer a una fémina.

 

Bibliografía
Fischer, Wolfgang Georg, Gustav Klimt1862-1918. New York: Koln Taschen, 1999.
Fliedl, Gottfried, 1948. Gustav Klimt, 1862-1918: el mundo con forma de mujer. New York: Koln Taschen, 1991.
Klimt, Gustav. 1862-1918: Drawings. New York: ( Exhibition) march- April 1970. The galerie St. Etiene.
1970.
Néret Gilles. Gustav Klimt & Emilie Floge: an artista and his muse. New York: Woodstock, Overlook Press, 1992.

La novela romántica Cecilia Valdés de Cirilo Villaverde.

 

 





La novela romántica Cecilia Valdés de Cirilo Villaverde, nace bajo la influencia directa del romanticismo. Esta novela toma dos rumbos; uno de carácter exótico y otro de carácter realista, determinado a observar y reflejar la realidad, las costumbres y el entorno social.

La novela realista trata de convivir con la romántica realizándose armónicamente a través del costumbrismo. Cecilia Valdés esta encabezado por una cita corta tomada de autores españoles clásicos y contemporáneos, del folklore y de la Biblia.

 Según la crítica y entre ellos el uruguayo Hugo de Badogeleta, la parte más original de Cecilia Valdés, es la que trata de los amores de la protagonista una cuarterona y un blanco hijo de un esclavista.

La novela es un reflejo de la situación entre esclavos y amos en una sociedad clasista. Por lo que en la sociedad se verá reflejado el discrímen a los mulatos nacidos de mujeres negras y hombres blancos. Época en la que todavía predomina el hacendado y la esclavitud.

 Pero el valor de la obra de Villaverde no está en su trama, según la opinión de Fernández Villa Urrutia, sino en el cúmulo de personajes, situaciones y descripciones de la vida, de la época colonial.

En efecto dice Angel Flores, que en la novela de Villa Verde se refleja fielmente la geografía, la arquitectura, las costumbres y las tradiciones al igual que las luchas de clases y las luchas políticas de Cuba durante la primera mitad del siglo XIX.

 


Entre las costumbres de los criollos hace una excelente descripción. Tanto el paisaje natural como el moral son desarrollados con amplia visión realista.

Abundan una variedad de matices dentro de la más constante templanza  que se mueve de toda una época. Presenta un corte de sobriedad de la sociedad cubana abarcando; la aristocracia, el burgués adinerado y el liberal. El comisario, el artesano, la mulata criolla, el negro libre y el negro esclavo. Todos los tipos de clases sociales, pintados con todos sus hábitos y la realidad de su medio.

Estos personajes están llenos de humanidad cuyo trágico conflicto cobran actualidad emocional sobre el fondo de su tierra natal, lo cual ofrece el valor social a la novela.

Cecilia Valdés según Ferna

ndo Alegría, puede leerse como un documento histórico. De otra parte Fernando Villa Urrutia plantea el problema histórico social de la obra de Villaverde como una tragedia histórica.

Por otro lado, Salvador Bueno afirma que hoy podemos estimar esta obra de Cirilo Villaverde no como un alegato contra la esclavitud, sino como una gran novela histórica que recoge la sociedad colonial con todos sus conflictos.

Por su parte José Juan Arrom comenta que el romanticismo con su poderoso sentimiento criollista pendiente de lo popular y autentico, al sentir y hablar de ambientes propios engendra diversas direcciones, caracterizadas por un mismo afán y sentido de costumbrismo y regionalismo que desembocaran en el realismo literario. La obra deja ver, a grandes pinceladas las miserias, explotación de la población esclava en Cuba, el tráfico de esclavos, el castigo a que eran sometidos los mismos. Y finalmente la tragedia y la venganza de los negros criollos libertos.

Poetas dominicanas contemporáneas :Carmen Sánchez., Aida Cartagena, Denisse Español

Carmen Sanchez una poeta dominicana contemporánea. Nació en Hato Mayor del Rey. República Dominicana en el año 1960. Poeta educadora . Concl...