La ciudad de Santo Domingo en las manos azules de ocaso...

Allí, en ese espacio revelado, testigo del tiempo

donde la Ciudad Colonial, la Ciudad Antigua,

es más espesa en recuerdos

que toda la capital de Santo Domingo.

A esas horas de la tarde
en las manos azules del ocaso
de cualquier verano intempestivo.
Esa ciudad de piedra y cemento gastado
por el tiempo...

La de blancas paredes y techos bien altos
cuyos muros históricos recuerdos guardan
historias de siglos apretados

y silencios cansados por la dejadez y el miedo.
silencios de fantasmas que pululan
en los pasillos húmedos y zaguanes

que huelen a cansancio y hastío.

Sus calles adoquinadas y sus desagües
que abochornan la ciudad cuando llueve
y sus olores fétidos, provocados por

las inclemencias del tiempo

y las aguas que fluyen

atravesando toda la ciudad antigua

para vomitar sus despojos en el río Ozama
Y sus ruinas desdentadas,

mal habladas, con sus tristezas
cubiertas por la vergüenza ajena

de quienes la contemplan .

Vergüenza por el carnaval administrativo

que la gobiernan.

políticos inescrupulosos e irresponsables

incapaces de mantener

ese espacio libre de impurezas

pulmón que asfixia, al respirar el aire viciado

La Ciudad Colonial, que viene a ser
la cara, el frente de la ciudad, la verguenza
que paradójicamente hoy agoniza
la que siempre ha sido el orgullo
de la historia de la isla, que es Quisquella
una de las más hermosas perlas del Caribe...


Pero ya no hay conciencia ni respeto a la Patria
la abandonan sus hijos , los impetuosos, tarambanas
grandes delincuentes de corbata y chaquetón
egoístas, malandros

a quienes llaman con despotismo

el sobrenombre de los "come solos.

Mientras en el entretanto

la ciudad se desploma por partes
sus casas y todo su entorno
permanece arropado por un musgo inteligente
que cuestiona distanciado...


Otrora las palomas embusteras
empollan sus huevos en la rama de los árboles
entre el ansia y la espera que no acontece…
Doris Melo.
En el libro: Esta nada incongruente y sonora.
2019