En la vigilia aletargada de la carne
palabras abrazadas me caminan,
hilando la ebriedad
en la invisible noche.
Desnudo, florecido trébol,
sombra de guitarra
abandonada al aire,
agitar de relámpagos,
ávidas madreperlas
habitando en la inútil
proeza de la nada.
Soledad que transitas
como un cristal manchado,
como incendio viscoso, enfurecido,
acicala tu rostro,
en la memoria del mundo,
¡sálvame del tiempo en esta vigilia estéril!
Siempre inencontrable ,
laberíntica imagen,
grietas de recuerdos,
sombras deslizadas,
blasfemada historia.
Maculada oquedad
de la existencia inútil,
somos seres atormentados
de rostros escindidos,
fantasma en el espejo...
De otra noche incierta
o de nefastas distancias,
que lamen lentamente
el sagrado dulzor,
la sombra sola.
habitando en la orilla
de un recuerdo absurdo...
¡esta triste beoda ...!
la irónica proeza de existir.
Delirante e insidiosa,
siempre insuficiente
si una fábula arde
en la bruma del insomnio
quedará aletargada la carne...
¡ para siempre la carne!
Doris Melo
2015
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