Marina Angélica Arzola nació en Guayanilla el 12 de julio de 1939, hija de Federico Arzola Emmanuelli y Carmen Porcell. Ingresó a la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, en la cual obtuvo un bachillerato en Artes en el año 1961. Alzola es una reconocida
poeta puertorriqueña asociada a los poetas de Guajana, grupo literario que se destacó en Puerto Rico en la década del sesenta y que se caracterizaba mayormente por cultivar una lírica revolucionaria y de compromiso social.
poeta puertorriqueña asociada a los poetas de Guajana, grupo literario que se destacó en Puerto Rico en la década del sesenta y que se caracterizaba mayormente por cultivar una lírica revolucionaria y de compromiso social.
Formó parte del Grupo Guajana, movimiento de poetas jóvenes puertorriqueños que para la década del 60 se interesaron y produjeron una lírica comprometida con las realidades políticas y sociales de Puerto Rico y el mundo. Fundaron en 1962 la revista Guajana con la cual proponían una poesía revolucionaria, de crítica política y social.
Al grupo de Guajana en su mayoría , no les interesaba la poesía “pura” dedicada a la estética, ni el poeta solitario que logra separarse de las dificultades cotidianas. En su lugar, indagaron en una poesía activa, humana y útil, más accesible y al servicio del pueblo. El lenguaje de este grupo de poetas, se inclinó más bien, hacia el uso de formas claras, sencillas y directas de la expresión popular y vocablos africanos e indígenas, ambos heredados de nuestros ancestros.
Sus temas reflejan las preocupaciones e intereses revolucionarias de esa década: la lucha anticolonial, y la lucha de clases, el capitalismo, el comunismo, la guerra de Vietnam, la critica a las sociedad burguesa, la condición racial, el amor y lo erótico , el universalísmo entre otros.
Según algunos críticos, la relación de Marina Arzola con Guajana responde más bien, a sus inquietudes formales de vanguardia que a sus inclinaciones ideológicas. Aunque no se niega que compartía el sentimiento revolucionario de la revista.
Alzola publicó su primer cuaderno El niño de cristal y Los olvidados en 1966. Su segundo libro impreso, Palabras Vivas (1968), revela cómo la poeta internalizaba el idioma: como una herramienta o instrumento cuyos usos y sonidos se encuentran en constante y posible reinvención.
Cuatro temas resaltan en su obra: Dios, la patria, el amor y el cuerpo. Algunos críticos describen la poesía de Arzola como extraña y la lectura de su trabajo como una experiencia placentera, incluso, cuando puede resultar difícil de comprender muestra una preferencia por los juegos lingüísticos. En sus poemas manifiesta el uso continuo de la musicalidad (las aliteraciones, las paranomasias, las ecolalias).
Además en sus versos abundan los neologismos, que produce por derivación, por composición (juntando dos palabras con significados definidos) y por parasíntesis (palabras que incluyen tanto derivación como composición.
La poeta utiliza las palabras como arma para abrir paso a significados insospechados, adentrándose en terrenos psicológicos, de ensueño, fantasía y angustia religiosa.
Las técnicas de Arzola derivan, entre otros, de las vanguardias hispanoamericanas de principios del siglo XX, es decir, el neoromanticismo (con Pablo Neruda y César Vallejo como modelos), el creacionismo (Vicente Huidobro), el surrealismo y el existencialismo religioso (Blas de Otero).
Se entiende, que lamentablemente una parte de la obra de Arzola se ha perdido y que otra parte continua inédita. Entre los libros de poemas inéditos y de cuya existencia sabemos porque ella misma aludió a ellos, se encuentran:
Tierra del eterno sueño, Plano altivo, Los almiares del tiempo, El padre de los cargos, Monólogo del sur al amado, Poemas de las circunstancias, Los niños y las abluciones, La sangre primitiva, Hablando en castellano, y Terriblemente ángel.
Además de su participación en la revista Guajana, colaboró con regularidad en varias revistas literarias tales como: Alma Latina, Prometeo, Bayoán, Surcos y Versiones, llegando a fungir como subdirectora de esta última.
El Grupo Guajana, en el número dedicado póstumamente a su compañera, edición de noviembre de 1978, afirma que “los poemas de Marina no se ‘entienden’, se perciben.
La crítica ha comentado sobre la escritura de Arzola, que en su poesía hay un contenido social y personal que influye en la escisión de su mente “requebrajandola” que influye también en su escritura. Afirma que Marina Arzola: locura y creación en El niño de cristal y los olvidados . Es un recorrido por el mundo de la psiquiatría, que permite reconocer , en los fenómenos de la esquizofrenia , la capacidad creadora no solo de Arzola , sino de muchos que recorrieron esas distancias y supieron, aún desde su enfermedad , encontrar una luz por medio de las artes.
Escritores como ; Francisco Matos Paoli, Antonin Artaud, Alejandra Pizarnik, Annie Sexton Sylvia Plath y otros que vivieron atormentados por algún trastorno mental, que no les impidió , sin embargo desarrollar una poética que nos deja impresionados y ha marcado una huella en la historia a quienes los lean. Todos ellos escriben en pleno siglo XX, quizás desde el sufrimiento provocado por su entorno social , el cual les margina y discrimina.
Por otro lado la doctora Irrizary estudia en su tesis doctoral , las analogías entre Arzola y Pizarnik y revisa con ello el intrincado mundo de la psiquis desordenada. Encontrando que un dialogo entre las dos poetas en los temas del amor, la muerte , la infancia, los dobles, Dios , ella , niño , niña , así como otros que la aprisionan o la salvan. Ambas quedaron atrapadas en la tragedia y el dolor de una enfermedad que las consumió y de la cual no pudieron librarse sino por medio de la poesía.
Explora el mundo de Antonin Artaud, uno de los más proliferos y polifacéticos poetas franceses que vivió en el caso de la esquizofrenia y que compartió con Pizarnik y Arzola el tormento de los hospitales, del encierro, de la soledad y la locura.
Arzola le dedicó su poemario El niño de cristal y Los olvidos a su hermano Roberto, que también padeció esquizofrenia. El poemario es de corte doloroso y el viaje de la palabra discurre entre la impotencia y el vacío, sin perder en momento alguno su corte sutil.
Sería apropiado establecer los parámetros que utilizaremos para adentrarnos en el universo poético de Arzola, sin perder de perspectiva que nuestros comentarios nacen de la mirada personal de un amante de la poesía:
Sería apropiado establecer los parámetros que utilizaremos para adentrarnos en el universo poético de Arzola, sin perder de perspectiva que nuestros comentarios nacen de la mirada personal de un amante de la poesía:
Soy terriblemente dependiente
de cuarzo de tu carne.
estoy terriblemente descendiente
de ti en ti. De tu carne dormida.
Detenida.
¡Cómo recuerdo aquel niño
de ojos grandes y roncos
como cuevas
mirando los tranvías
de telarañas mustias!…
Las luces rojas, formes,
sacudiendo con su brazo espantado
las aceras de chozas
y escupiéndote las manos de arañas y cabezas
afluidas sin saber cómo, de dónde
ni cómo han venido…
Cómo iba tragándose las caracolas,
los caminos, mares de espacio y de infinito andante
sin pisada huella…
Su cenizo…
Aquel pobre dolor de aterrado
gastado a niquelazos entre perros muertos, gris…
extático disuelta por frenéticas de niño angustia.
Y él está ahora dormido en las viejas paredes
de eslabones durados, largos, largos,
viejos, feos,
entre aceros de cuarzo
derramado del mismo casi yo
como yo de tu carne vacía.
Disuelto y encubierto en bronces
y quebradas caladas de arzones y sillas monteras en casidas.
Por sillas de montar desparramándose ingles
y axilas llenas de pus
blanca e ignota!
¡Ganso gris desplumado e ignorado
de entrecortado aliento por afanes de infinito,
abriéndose las venas!
¡Ganglio! Ganso de pus vacía y hueca!
Por casetas bongós; tambores.
Dominado en el cuarto de 4 omoplatos.
Abriéndose cuadros y objetos tuberculosos en las uñas.
Comiéndose los dedos de tragos secos,
inyectando vacunas.
¡Oh!
Ese mirándose objetos inteligibles ahora
fuera de sí…
fuera del mundo informe de su inteligencia…
ya más cosas!
Calcinado de cales de habitaciones tétricas…
Los motivos sin forma por lobregueces,
explícitos como su figura doblada de figurín
implícitos como su mismo estar.
De la certeza tuya, aconcavada de lápices y crayones
deformes y espantosos.
de cuarzo de tu carne.
estoy terriblemente descendiente
de ti en ti. De tu carne dormida.
Detenida.
¡Cómo recuerdo aquel niño
de ojos grandes y roncos
como cuevas
mirando los tranvías
de telarañas mustias!…
Las luces rojas, formes,
sacudiendo con su brazo espantado
las aceras de chozas
y escupiéndote las manos de arañas y cabezas
afluidas sin saber cómo, de dónde
ni cómo han venido…
Cómo iba tragándose las caracolas,
los caminos, mares de espacio y de infinito andante
sin pisada huella…
Su cenizo…
Aquel pobre dolor de aterrado
gastado a niquelazos entre perros muertos, gris…
extático disuelta por frenéticas de niño angustia.
Y él está ahora dormido en las viejas paredes
de eslabones durados, largos, largos,
viejos, feos,
entre aceros de cuarzo
derramado del mismo casi yo
como yo de tu carne vacía.
Disuelto y encubierto en bronces
y quebradas caladas de arzones y sillas monteras en casidas.
Por sillas de montar desparramándose ingles
y axilas llenas de pus
blanca e ignota!
¡Ganso gris desplumado e ignorado
de entrecortado aliento por afanes de infinito,
abriéndose las venas!
¡Ganglio! Ganso de pus vacía y hueca!
Por casetas bongós; tambores.
Dominado en el cuarto de 4 omoplatos.
Abriéndose cuadros y objetos tuberculosos en las uñas.
Comiéndose los dedos de tragos secos,
inyectando vacunas.
¡Oh!
Ese mirándose objetos inteligibles ahora
fuera de sí…
fuera del mundo informe de su inteligencia…
ya más cosas!
Calcinado de cales de habitaciones tétricas…
Los motivos sin forma por lobregueces,
explícitos como su figura doblada de figurín
implícitos como su mismo estar.
De la certeza tuya, aconcavada de lápices y crayones
deformes y espantosos.
La obra de Arzola ha recibido muy poca atención de los críticos, como la mayoría de los escritores de la generación de los sesenta , sin embargo su poética ha sido comparada con poetas como Clara Lair, Julia de Burgos y Soledad Llorens Torres. La extensa bibliografía de Marina Arzola se centra mayormente en la vida de la poeta, la locura , que la autora parece proponer como tema que subyace en la poesía.
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