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domingo, 5 de julio de 2020

Anagilda Garrastegui, poeta puertorriqueña: Intertextualidad y otros recursos literarios en su lírica.


 



Anagilda Garrastegui , nació en San Sebastian, Puerto Rico. Pertenece a la generación de estudiantes  los años 60s de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Como poeta se inserta en los años cincuenta. Pertenece a la primera promoción de la Nueva Poesía Puertorriqueña, que incluye a los poetas que habían ingresado  a la Universidad  unos años antes, para el 1955. Influenciados por la presencia de Juan Ramón Jiménez en al Universidad de Puerto Rico y por la lírica de los poetas españoles que corresponden a la Generación del veintiseis. Su admiración por Matos Paoli y la poética de Neruda.


La poeta Garrastegui, publica sus primeros escritos en la sección Verso y prosa de estudiantes del periodo universitario que dirigía Juan Ramón Jiménez. Es durante esta época que Anagilda establece estrechos vínculos con el poeta Hugo Margenat y Ramón Felipe Medina. En 1956, inicia su vida literaria con el cuaderno “Desnudez “. Este , fue escrito por ella cuando apenas contaba 24 años y con él, resultó ganadora en una competencia junto a otros poetas de renombre en la que fue reconocida por su altura lírica. Poetas como Juan Antonio Corretjer, Manuel Joglar Cacho, Luis Hernández Aquino y Félix Franco O.

Su estilo es sencillo y el verso se percibe libre de rebuscamientos y artilugios. Anagilda, dedicó estos versos del cuaderno Desnudez a Juan Ramón Jiménez y a Zenovia su esposa. En este poemario se pueden apreciar motivos recurrentes que aparecerán más tarde en su poesía. Muchos de los versos en “Desnudez” contienen sorpresivas imágenes de original simbolismo hábilmente enmarcados en un ámbito filosófico de conciente otredad.


Hugo Margenat, comentando sobre la profunda sencillez y despreocupada sinceridad presentes en los versos de Anagilda, destaca, que la voz lírica manifiesta un deseo de romper, de escapar y acabar con todo lo que cita. En el poemario ”Niña intima “de 1961 publicado en Buenos Aires, Anagilda acentúa la sencillez de su estilo y presenta el tema de la soledad, que más adelante se convertirá en una constante, en casi toda su obra.


El tercer poemario de Anagilda, “Abril en mi sangre”, a pesar de continuar, según refiere Martínez Capo, la línea intimista e introspectiva, presenta un nuevo formato. Un extenso poema en prosa en el cual nos muestra un diálogo, de tono becqueriano, entre un tú y un yo. En Abril en mi sangre” la voz lírica revela el discurrir de un largo viaje, por imprevistos caminos oníricos de la fantasía, a través de la palabra, hacia la búsqueda de la autenticidad de su propia voz. Como veremos en el poemario que estudiaremos en este trabajo, en el que la autora prosigue tras esa búsqueda existencial para afirmar su autenticidad.

En el 1997 Anagilda, publicó sus poemarios titulado “En la noche quieta,” en Ediciones Mairena. Este poemario, está dividido en cuatro partes de extensión desigual y en él, se encuentran versos mezclados en composiciones de ocho, nueve y quince versos.

El poemario “De mis soledades vengo”, publicado en el 1981, gira en torno al silencio, al auto análisis personal y la reflexión sobre la existencia humana. El amor y la ira, lo angélico y lo demoníaco, la muerte y la fragilidad del mundo material y la naturaleza. En este libro se presenta el amor no ya como lo externo sino como algo que se remonta en sueños a lugares más sublimes . El amor en este poemario, es inherente al ser.

Anagilda colaboró con diversas revistas y periódicos del país como lo es Claridad y Zona de Carga y Descarga, en los cuales publicó innumerables poemas que luego recoge en sus poemarios. Su poesía ha sido catalogada como la poesía nueva puertorriqueña, lírica de tesitura sentimental un tanto abstracta en la que predomina la naturaleza y un tanto influenciada por las formas clásicas.


Estos nuevos poetas puertorriqueños sostienen una autocrítica mas rigurosa que los poetas anteriores. Como ha señalado Rosario Quiles a la nueva poesía es presagio y vaticinio . Es la relación entre la ansiedad y la rebeldía. Sin ponderación el avance y la incitación a la lucha revolucionaria. Rosario Quiles añade que a todos los jóvenes poetas reservaron para el canto, la meditación, en hondo sentimiento.


Según Josefina de Álvarez, Anagilda pertenece a los poetas de la generación del sesenta, al grupo de voces que representan un conjunto de distintos niveles de la creación en el tiempo del espíritu literario del 45 y los nuevos modos que postulan los escritores del sesenta. Son ellos José María Lima, Jaime Vélez, Estrada, Anagilda Garrastegui, Manuel Fermín Arraiza, Reinaldo Silvestri, Ediberto Irrizarri, Jaime Luis Rodríguez Velásquez( en : Rosario Aquiles. (1971 p. 26.)


Todos estos poetas cultivaron el verso, según ponen de persistencia en la casi totalidad de las cosas sus respectivos cuadernos de poemas. Entre los autores mencionados según Josefina Rivera de Álvarez, se definen dos maneras distintas de trabajar el verso, la primera corresponde a una labor poética que enlaza en el tiempo con el quehacer de la anterior generación del 45 afirmada en una armónica fusión de recurso y procedencia de viejos y nuevos versos en un proceso temporal de la lírica hispánica de tratamientos temáticos que buscan apoyo con ademanes neorrománticos.

El grupo Guajana.

Los poetas de Guajana lo constituyen toda la generación del sesenta, Un grupo de poetas rebeldes que enfrentaban reacciones contestatarias abiertas y encubiertas . En esta época el tema del escritor y la política se debatía en foros impresionantes lo mismo que en los graffitis
La poesía sesentista quiso romper con las tendencias metafísicas y trascendentalitas de la poesía en la que sus mayores buscaron refugio tras la feroz represión y mordaza a que fueron sometidos los movimientos nacionalistas y socialistas aplacados por un nuevo régimen político que rescato no obstante aunque ilusoriamente la bandera, el idioma, la nacionalidad. El mundo creado por el ELA entro en un estancamiento que propicio sin quererlo el múltiple rebote de su crisis.

La poética de Anagilda Garrategui en su poemario “Ese ángel desnudo que se llama ternura
Si bien es cierto que Anagilda Garrastegui en su larga trayectoria poética ha sido reconocida por la calidad de su poesía, también es cierto que se ha escrito se ha escrito poco sobre su obra para haber sido una poeta de tanta importancia en las letras puertorriqueñas.
Hemos elegido de su obra este poemario porque percibimos que en el, Anagilda manifiesta una inquietud constante hacia la búsqueda interior. Una búsqueda de naturaleza mística como veremos en los poemas que hemos seleccionado.

Como en otros poemarios de la autora, en este se refleja una consistente búsqueda hacia los aspectos existenciales de la vida. Proponemos indagar en el poemario “Ese ángel desnudo que se llama ternura “, proponemos un acercamiento al contexto místico en el cual se sumerge la voz dentro de el espacio de la soledad y esa oscuridad profunda de la que nos habla .
Por otro lado estudiaremos las distintas voces que se perciben a lo largo del poemario que se comunican entre si, en un diálogo polifónico, entendido este, desde la perspectiva de Mijail Bajtin. Además pondremos atención a los aspectos intertextuales que estan presentes en este poemario y que la voz poética retrotrae de figuras del pasado y que inserta en sus poemas.
La poesía lírica de Anagilda es intimista y la poeta invita al amado a compartir la colcha de su cama en la oscuridad. 

Es un canto espiritual en el que la poeta acepta lo que le da la primavera, seductora y generosa para que la disfrute hasta un final del dìa, a las doce de la noche y asi vivir desde ese instante en que termina el día hasta la muerte unida a los recuerdos.. Unida a la ilusión de los sentidos, del azul que puede ser el cielo en lo alto o el mar en lo bajo pero que siempre estará unido a un destino el de la voz poética.


Subir hacia la noche
Llegar entera hasta la madrugada
Mirar desde la colcha de mi cama
Como en el día alumbra la tormenta.
Tomar lo que me dé la primavera
Con mano seductora y generosa.
Llegar hasta las doce sin sorpresas
Vivida hasta las doce hasta la muerte
Y hablando con los pájaros que vuelan
Por el tejado azul
De mi destino.

Lo cotidiano y la naturaleza están presentes en el poema 5, en el que la poeta, nos parece esta atenta a los sonidos que vienen de la naturaleza. Lo sensorial se privilegia en una tarde que llueve. Ella escucha los pájaros cantar , al cantar continuo de la lluvia y observa el paisaje vecino de la casa de al lado. Escondida donde nadie la ve ni la escucha. En soledad y repite en otro verso paralelo “donde nadie me ve”, en un tiempo que es inseguro. Allí, la poeta nos dice que vive junto a su alma sola inventando lo que cuenta y lo que escribe . Es alucinante su experiencia y nos retrotrae a un intertexto en el que la voz cuestiona a Machado hablándole a Guiomar.

Oigo llover
Y oigo pájaros
Llamarse enternecidos

Miro por la ventana
El jardín florecido
De la casa vecina

Aquí nadie me ve
Nadie me escucha
Ni al corazón que late en un tic tac
Inseguro

Vivo junto a mi alma a solas
Sin testigo
Invento lo que cuento
Lo que escribo
Alucino
Pienso en Machado hablándole
A Guiomar
De un limón amarillo y le
Pregunto
Qué se hicieron Antonio
Las llamas
De los fuegos encendidos.

Lo vital es una constante temática en todos sus libros y veremos como trascenderá a un plano filosófico en “Este ángel desnudo que se llama ternura”.

Como contar que te he visto?
Como decir que si
Que eres ese grito nocturno
Ese búho enramado
Esa sonrisa pura
Pero también impura?
Como contar
(y quien me lo va a creer)
que te he visto en la sombra
y que he sentido miedo y alegría?

El cansancio y el hastío invaden la voz poética que clama por el silencio para dejar atrás recuerdos que la atormentan , cosas que ya la cansan. Añora en este instante la soledad mas allá de la conciencia, la memoria en lo mas profundo dentro de ella donde pueda entrar en comunión con los versos.  

Cansada
Quisiera hoy
Pararme en silencio
Este volar de rapsoda
Detrás de la memoria
Y detrás
De los parques del alma
Inundados de versos
Va cansando mis alas
¿la música de mi vida
no esta contada ya?
¿pero quien hoy me cura
de esta pasión sonora?
¿de este pulsar de agua
y destino de fuente?

 

 En la soledad la voz poética dialoga consigo misma y se observa en los versos cargados de angustia y tristeza.

Se queda tan lejana tan suspensa
Tan llena de otro mundo y otra vida
Tan perdida indefensa pura y triste
Tan sola en soledad como una rosa
Sembrada en un florero de cristal
Y olvidada por todos en la noche.

El amor se funde con la naturaleza misma, vibrando en cada palabra. La voz poética expresa en un grito su sentimiento y lo expresa con tal emotividad.

Y Yo te amo así
Con valentía
Con ceño y con sonrisa
Con curiosa paciencia
Con toda la luz del día.
….y así me amas tu
con pensativo gesto
con dos brazos sedientos
con la razón despierta
y todo el lago dentro
….porque somos un mismo manantial.

 

 

Frente a la angustia existencial el silencio es reflejo muchas veces de la soledad interior:

El silencio como reflejo del dolor

Y asi temblará
En su recinto de silencio y polvo
El alma (tu alma)
Que clamara entonces por lo desconocido
Y saldrá a flote
Tras el silbido amistoso de tu nombre
En mis labios.

 

Lo intertextual en la poética de Anagilda Margenal


Cuando hablamos de Intertextualidad en este trabajo nos referimos a un acercamiento al texto planteada por Julia Kristeva. Ella retoma la noción de polifonía que había propuesto Mijail Bajtin para describir la interacción de textos al interior de un nuevo texto, cuyo engendramiento se verificara precisamente como un dialogo de textos que se consideran artísticos.
El concepto de intertextualidad presupone que todo texto está relacionado con otros textos, como producto de una red de significación. A esa red la llamamos intertexto.

 El intertexto, entonces, es el conjunto de textos con los que un texto cualquiera está relacionado.
La asociación intertextual que existe entre un texto y su intertexto depende de la persona (o personas) que observan el texto o que lo utilizan para algún fin determinado. En otras palabras, la intertextualidad es, en gran medida, el producto de la mirada que la descubre. O más exactamente, la intertextualidad es resultado de la mirada que la construye.




En los versos de Anagilda abunda la intertextualidad. La poeta dialoga con algunos poetas, artistas plásticos y monumentos importantes de la Isla. Como es el caso de lugares y espacios que vienen a su recuerdo como lo es el Castillo del Morro, monumento histórico donde se vencieron grandes luchas en la Isla de Puerto Rico. Ella, la voz poética se traslada a ese espacio que guarda infinitos recuerdos de vidas pasadas. Lugar histórico cargado de historias rodeado por el mar. Se une al Morro con un gesto de cariño , lo personaliza.


….hay huellas de mi vida de tu vida
de otras vidas que como El Morro
son testigos del mar y de la historia

De ese Morro que me abraza cuando llego
Y me abraza cuando abandono
Hinchada de pena
Sus murallas .

En ese espacio del Morro la voz poética trata de comunicarse con los presos políticos tratando de comunicarse en un canto de tristeza.
…que me lleva y me trae y me impide
olvidar
a los presos políticos
y al joven transeúnte de Mirada ancha
y cavadora.

Por las paredes de las murallas
paso mis manos intentando comunicarme

Las reminiscencias de Jorge Manrique en el intertexto que cita la autora al inicio de su verso 19 de cómo pasa la vida y más adelante en el mismo poema cita a Dario. La vida pasa muy ligero y como el pez que en un instante pierde la vida al morder el anzuelo. La vida se va y la voz poética es impotente para poder detenerla . Nos deja reminiscencias del Caperdium

Y así la vida pasa: tan callando
Tan engañada
Como el pez
Que gusano y anzuelo traga
De una vez
Y ya no hay suerte que valga
Solo estertor
Y ese temor de no saber
A donde vamos que decía Dario
Tan callada se va
Y tan de prisa
Y tu sin frenos para poder pararla

 

Hemos estudiado la voz lírica de Anagilda Garrastegui una poeta puertorriqueña, que no se le conoce lamentablemente fuera de la Isla, una poeta que merece ser reconocida como otros tantos escritores de su generación. Esperamos que este trabajo monográfico sobre su obra sea apreciado como para invitar al que lo lea a seguir investigan.


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