Y esa conciencia
que se marcha con la prisa
al leve roce del viento,
que inusitado te besa la espalda..
En ese saltar a destiempo de los sueños
que se quedaron truncos,
al terminar la primavera.
cuando las golondrinas volaron
hacia otros lares...
Esa conciencia perturbada,
de espíritu fogoso
caída desde el techo como brizna ,
como cenizas blancas
cuando el trinar de pájaros se escarcha
¡ahora que ya es tarde!
me ha llegado el otoño
el dolor se me ha ido ...
manso y lento.
y yo sigo aquí ...
flotando como un loto
en un estanque de aguas turbias,
azuladas por el hastío.
Se esparcieron los sueños inconclusos
y se ha quedado la palabra desleída, muda,
flotando entre garabatos sin forma
con los ojos vacíos de ternura.
Aun te escucho
seduciendo la hojarasca
en la paciencia de la tarde
desnudándome de mi nombre,
de mi blafemada historia,
con otra letanía de fados incongruentes
suspendido en una queja constante.
Doris Melo
2013
Derechos reservados.
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